

Nos enamoramos del producto y, con esa curiosidad que no nos deja quietos, nos pusimos a leer, investigar y probar distintas recetas. Al principio queríamos llegar a la receta original, pero en el camino terminamos creando nuestra propia versión: una receta de autor que nació en casa, para la familia y los amigos.
El boca a boca hizo lo suyo y, por pedido popular, nació Pastroni. Partimos en Santiago, vendiendo a cercanos y poco a poco llegamos a locales gastronómicos reconocidos en la ciudad. Más tarde apareció la oportunidad de volver a la Quinta Región, y ahí dimos vida a Pastroni, Pastrami & Burgers en Reñaca.
El recorrido ha tenido de todo: quemaduras, estrés, risas, anécdotas de barrio, el descubrimiento del mejor café de especialidad en Reñaca (Fiorito, donde vendemos pancitos… el que sabe, sabe) e incluso la locura de lanzarnos a competir en Top Burger ¡cuando llevábamos apenas un mes! Una odisea total, sin saber nada… pero con todas las ganas.

Nada de esto habría sido posible sin ustedes: los que fueron al local, los que compraron desde el primer día, los que nos apoyaron y los que siguen estando presentes, siempre con mensajes de cariño.
Tuvimos nuestro propio local, pero por razones ajenas a nosotros no pudimos continuar en ese lugar. Hoy seguimos trabajando para establecernos en Concón, elaborando desde nuestra base de operaciones y creando productos con mucho cariño para todos ustedes.
Ponemos todo nuestro esfuerzo y dedicación para mantener ese 5 en Google que tanto nos alegra y nos motiva a seguir mejorando. Solo tenemos palabras de agradecimiento para todos los que han pasado por Pastroni. Ha sido un viaje increíble, lleno de aprendizajes, sabores y amistades… y lo mejor es que esto recién comienza.
Un agradecimiento especial a nuestras familias, a Caro & Papás, a Andrés por los inicios y a los Pandolffo-Gómez por el apoyo.
Ya volveremos a vernos pronto.
